¿Sabes cómo influyen la calidad de aire interior y la temperatura en el sueño?
Dormir es sin duda una necesidad básica en el día a día, pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y el descanso que el cerebro y el cuerpo realizan durante las horas de sueño cada noche es fundamental para nuestro bienestar y salud. A lo largo de las distintas fases del sueño, nuestro cuerpo se repara de manera progresiva intercalando sus funciones restauradoras y llegando a cada rincón del cuerpo. De ahí la importancia de dormir profunda y reparadoramente todas las horas de sueño sin interrupción o alteraciones ambientales que turben el descanso. Un dormitorio óptimo para el descanso debe cumplir unos requisitos mínimos de confort, salubridad y temperatura con el fin proporcionar el entorno adecuado para el descanso y garantizar el bienestar personal por medio de la comodidad, calidad de aire interior y confort térmico.
La calidad de aire en el dormitorio
Un factor ambiental imprescindible para el descanso y la salud durante el sueño es la calidad del aire interior en cuanto a su pureza y renovación lo que requiere de una correcta ventilación del dormitorio. La ventilación en los espacios cerrados es necesaria en el día a día. Pero en un espacio de descanso es aún más importante para una correcta renovación del aire estancado o para disolver ambientes cargados propios de los dormitorios. Solemos dormir 8 horas en estancias reducidas en tamaño, y muy a menudo con la ventana o puerta casi cerradas. En tan solo un par de horas el aire se ha viciado y el nivel de CO2 aumenta considerablemente hasta incluso 3000 ppm, nada recomendable para la salud y un descanso reparador según la OMS. En el exterior la calidad de aire son 380ppm, en estas condiciones nuestro cuerpo se siente muy bien. Dentro de la casa, el máximo recomendable son 1200ppm. Solo a través de sistemas de ventilación forzada en la entrada de aire y en la extracción de aire, tendremos la garantía de conseguir o mejorar el máximo recomendable para una óptima renovación del aire garantizando de esta forma la calidad de nuestro sueño.
La temperatura en el dormitorio: confort térmico
El malestar durante la noche, como consecuencia de un deficiente confort térmico en el dormitorio, provocado por temperaturas por encima o debajo de las recomendadas, no favorece al descanso adecuado y básico que necesita el cuerpo. Además, alterar o interrumpir los ciclos naturales del sueño impidiendo el descanso provocará episodios de fatiga, irritabilidad, ansiedad y cansancio o somnolencia que pueden llegar a afectar de forma seria a nuestra actividad normal y a nuestra productividad laboral.
La recomendación de los expertos aconseja una temperatura de 18ºC, aunque influye el tamaño corporal, metabolismo y masa muscular, por lo que cada persona debería experimentar como se levanta por la mañana habiendo dormido entre los 17ºC y los 21ºC.
Dormir con demasiado calor provoca, entre otras cosas, menor cantidad de horas de sueño, un sueño inquieto, arugas y obesidad y levantarse por la mañana con sensación de cansancio y menor rendimiento físico y mental.
Se recomienda acostarse a una temperatura agradable de entre 20 y 21ºC, y que posteriormente la temperatura descienda a los 18ºC.
En definitiva, tanto la temperatura como la calidad del aire interior serán elementos indispensables para garantizar el descanso y la calidad del sueño, de ahí la importancia de contar con equipos de climatización y ventilación eficientes, que además de proporcionar el confort necesario, nos ayuden a lograr las condiciones óptimas en el interior del dormitorio.
Sistemas de clima interior y descanso
A través de los sistemas de climatización y ventilación es fácil obtener la temperatura óptima en el hogar en cualquier momento, aunque ¿es conveniente la misma temperatura en el dormitorio que en el resto de los espacios de la casa? y, ¿es aconsejable su uso durante las horas de sueño?
Un sistema de climatización o ventilación utilizado de forma inadecuada puede resultar nocivo y alterar nuestro descanso, sin embargo, un buen equipo de climatización utilizado de la forma adecuada nos proporcionará no sólo la temperatura idónea que requiere la estancia para nuestro descanso, sino también una adecuada calidad del aire.
A la hora de elegir el sistema idóneo debemos saber que existen en el mercado sistemas de climatización por gas refrigerante y sistemas de climatización por agua, entendiendo como tal el medio por el que se transporta la energía.
Por lo general, cuando se utilizan unidades de aire acondicionado para climatizar un dormitorio se puede dar la circunstancia de que la temperatura del aire que sale del emisor produzca mucho contraste con respecto a la temperatura ambiente lo que puede llegar a causar molestas corrientes de aire.
En los sistemas de climatización por agua, en cambio, las temperaturas no tienen tanta diferencia con el ambiente y el aire se mezcla suavemente y de manera más homogénea elevando enormemente el nivel de confort. Este tipo de equipos no resecan el ambiente y tienen la posibilidad de incorporar ventilación con lo que además se consigue reducir los niveles de humedad y de CO2.
Los emisores Jaga Low-H20 son una de las opciones más eficientes que ofrece el mercado en la actualidad. Estos equipos, caracterizados por una novedosa tecnología y una gran eficiencia energética, están concebidos para trabajar con agua a baja temperatura y su diseño con aletas onduladas es óptimo para generar mayor rendimiento y reparto de calor por la estancia cuando utilizamos agua a bajas temperaturas. Puedes esconder dentro del emisor un sistema de ventilación Oxygen para conseguir la combinación de calor y calidad de aire interior.
Estos emisores son de fácil instalación y mantenimiento, y por su baja inercia térmica, su regulación y su modo de funcionamiento a baja temperatura, contribuyen a generar un importante ahorro de energía en el consumo de tu caldera. Opcionalmente, están preparados para funcionar en modo refrescamiento en combinación con un sistema de aerotermia, de forma que, con una sola instalación podremos cubrir nuestras necesidades de calor y frío obteniendo máximo confort en cualquier época del año.
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